Bendiciones, somos los pastores Vargas, un hombre transformado por la pasión por Dios y por las almas. Antes de conocer a Dios, estuve atrapado en las garras de las drogas durante años. Sin embargo, la perseverancia y la fe inquebrantable de mi madre, quien nunca dejó de orar, se convirtieron en el puente que me llevó a la libertad. En un momento de desesperación, mi madre me llevó a un pastor, y esa oración marcó el inicio de una nueva vida. Nunca más experimenté el deseo de drogarme, y en ese momento, nació mi llamado.

Mi crecimiento espiritual continuó con mi bautismo, tanto en agua como en el Espíritu Santo, apenas seis meses después de mi transformación. Desde entonces, he vivido 15 años en la gracia salvadora de Dios. El Señor también bendijo mi vida con la llegada de mi amada esposa, con quien hemos trabajado juntos, respondiendo al llamado pastoral en la ciudad de Omaha, Nebraska. Iniciamos la iglesia Emanuel desde cero, y hoy celebramos un año de abrir sus puertas, recibiendo las bendiciones divinas.

Dios nos ha guiado y, como iglesia, hemos prosperado. En la iglesia Emanuel, no solo compartimos la palabra, sino también la pasión por la comunidad. Contamos con un gimnasio que se ha convertido en un centro de bendición para la ciudad, donde organizamos torneos de fútbol y baloncesto. Este ministerio ha abierto puertas significativas de bendición en la comunidad de Omaha.

En nuestra familia, contamos con cinco hijos. Con nosotros nuestro hijo de dos años y otra que está en camino. Originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, México, y mi esposa, de Honduras, celebramos la diversidad y la unidad en nuestra familia y comunidad.

Esperamos que, guiados por Dios, puedas ser parte de nuestra familia en la iglesia Emanuel. ¡Bendiciones!